jueves, 6 de marzo de 2014

La financiación pública de los Partidos Políticos es un escándalo.


Hace un año, Luis María Anson dirigió a Mariano Rajoy en el diario El Mundo, la carta pública que se reproduce a continuación.

“Querido presidente…
¿Por qué los contribuyentes españoles tenemos que pagar 0,83 euros por cada uno de los votos que el PP consiga para el Congreso, más otros 0,33 para el Senado?.
¿Por qué los contribuyentes españoles, a los que nos sangráis a impuestos de forma casi confiscatoria, tenemos que abonar 21.633 euros por cada escaño que el PP obtenga en el Congreso y en el Senado?
¿Por qué los contribuyentes españoles tenemos que pagar al PP los copiosos gastos derivados del envío por correo de sobres y papeletas, más el costo de la propaganda y publicidad, es decir, 0,22 euros por cada elector en cada una de las circunscripciones de España?.
¿Quién fija estas cantidades de forma tan arbitraria? ¿Una institución independiente? No. Soy vosotros mismos, los partidos políticos, jueces y parte a la vez, los que tomáis la decisión de enriqueceros fijando las cantidades que os placen.
Un escándalo mayúsculo. Por eso, entre los diez grandes problemas que ahogan a los españoles, figura en tercer lugar la clase política. Por eso, en el peor puesto del rechazo popular se encuentran los partidos políticos. El “ande yo caliente e indígnese la gente” os lo pasáis airosamente por el arco triunfal.
¿Qué pensabas, querido presidente? ¿Que en estas cartas dominicales que hasta las elecciones vengo dirigiéndote te ibas a librar de que te cantara las cuarenta?.
Junto a la función esencial de los periodistas, como administradores del derecho de los ciudadanos a recibir información, está una segunda función: el ejercicio del contrapoder, es decir, elogiar al poder cuando el poder acierta, criticar al poder cuando el poder se equivoca, denunciar al poder cuando el poder abusa.
Y el abuso de los partidos políticos españoles, su prepotencia, su despilfarro de los caudales públicos, la forma como atropelláis al contribuyente es de tal calibre que necesitaría cien cartas para exponerte, uno a uno, los casos indignantes de lo que estáis haciendo.
Y eso que yo no olvido las atrocidades de la dictadura. Creo que los partidos políticos son imprescindibles en una democracia pluralista y que es necesario contener la crítica hacia ellos para que la libertad se mantenga y la sociedad no derive hacia nuevos ensayos totalitarios.
En definitiva, querido presidente, el 90%, números redondos, de los gastos de los partidos se sufragan con subvenciones directas o indirectas de las Administraciones del Estado, decididas por vosotros mismos.
Manda huevos, que diría el incombustible Trillo. La regeneración de los partidos políticos, su democratización real, pasa por una ley que exija como única vía de financiación las cuotas de los afiliados.
Los partidos políticos no deben gastar un euro más de lo que ingresen por lo que les pagan sus afiliados. Y, tal vez, se podría añadir, como excepción, el 0,7% que voluntariamente aporten los contribuyentes en un casillero creado al efecto en la declaración de la renta. Como habéis hecho con la Iglesia Católica.
Si queréis salir del lugar de oprobio que los políticos ocupáis en la opinión pública, esa es la gran decisión a tomar en una ley orgánica votada por el Congreso de los Diputados.

No te quiero calumniar gravemente asegurando que en cuanto te encierres en la madriguera monclovita será la primera medida que tomes.”

No hay comentarios:

Publicar un comentario