sábado, 13 de octubre de 2012

Sabino Arana: «Ya lo sabéis, euskaldunes, para amar el euskera tenéis que odiar a España»

«Ya lo sabéis, euskaldunes, para amar el euskera tenéis que odiar a España», afirmaba el fundador del PNV.
«Tanto nosotros podemos esperar más de cerca nuestro triunfo, cuando España se encuentre más postrada y arruinada», remataba el ideólogo del partido que ahora aspira a gobernar en la Comunidad Autónoma Vasca.
Pero su aportación intelectual no tiene límites:
«Si a esta nación latina (España) la viésemos despedazada por una conflagración intestina o una guerra internacional, nosotros lo celebraríamos con fruición y verdadero júbilo...», añadía uno de los inspiradores de la ETA que durante medio siglo se ha dedicado a despedazar españoles.
«Es preciso aislarnos de los maketos (españoles) en todos los órdenes de la vida. De otro modo, aquí en esta tierra que pisamos, no es posible trabajar por la gloria de Dios», añade en otro punto el «catecismo sabiniano».

Arana, contra los catalanes

«Gran daño hacen a la Patria cien euskaldunes que no saben euskera», pero «mayor es el que le hace un solo maketo que lo sepa», consideraba un Sabino Arana que hubiera estado en contra, por esta regla de tres, de que el descubridor de la penicilina, Alexander Fleming, y tantos y tantos científicos que han permitido la evolución de la Humanidad trabajaran en el País Vasco.
«Antiliberal y antiespañol es lo que todo vizcaíno debe ser, según el lema de Dios y Leyes Viejas», sentenciaba el fundador del PNV, que a día de hoy no ha sido desautorizado por sus herederos al frente del partido.
Un Sabino que también lanzaba dardos xenófobos contra los catalanes: «La política catalana, por ejemplo, consiste en atraer a sí a los demás españoles; la vizcaína, verbi gracia, es rechazar de sí a los españoles como extranjeros».

¿Qué pensara ahora Artur Mas ante esta otra perla sabiniana?: «Los catalanes quisieran que no solo ellos, sino también todos los demás españoles establecidos en su región, hablasen catalán; para nosotros sería la ruina el que los maketos residentes en nuestro territorio hablasen euskera».