Frente a la pasividad del Gobierno
Rajoy, que apenas ha reaccionado contra los despropósitos de Artur Mas,
intelectuales de la izquierda auténtica catalana, agrupados en Federalista i
d’Esquerres, han denunciado abiertamente al presidente de la Generalidad y le
han golpeado “bajo la sombra de la corrupción y de la responsabilidad en el
caso del saqueo en el Palau de la Música”.
Nombres ilustres del cine, el teatro,
las letras y las artes se han expresado con una claridad de la que no ha sido
capaz ni Rajoy ni sus peones de brega. “El énfasis en las virtudes económicas
de la independencia -han dicho-, que no se sostienen en un análisis riguroso,
no es otra cosa que una calculada estrategia para esquivar una realidad social
rotunda desde hace muchas generaciones: el hecho de que la mayor parte de la
ciudadanía de Cataluña compartimos catalanidad y españolidad en grados
diversos”.
Artur Mas, desbordado por la crisis
económica, amagó con la independencia para someter a chantaje al Gobierno de
Madrid y obtener dinero fresco. En otros tiempos la maniobra hubiera
funcionado. Lo que ocurre ahora es que el Gobierno central no puede dar dinero
porque no lo tiene. Y a Mas se le ha escapado el envite de su control. Ha
puesto a caminar el monstruo de Frankestein. La incertidumbre y la zozobra
presiden hoy la vida catalana a causa de una política insensata, de una quimera
mal expuesta y peor administrada. Luis María ANSON
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